miércoles, 15 de octubre de 2008

Economía 3: ¿Sería necesario revisar el modelo económico?

Desde hace 5 años publico con periodicidad mensual en la revista Economía 3, que se edita en la Comunidad Valenciana. Quiero agradecer a sus editores la confianza depositada en mí.

[En el lado derecho de 'No le digas a mi madre que trabajo en Bolsa' hemos añadido un enlace para poder acceder a los artículos anteriores, al igual que al final de esta entrada.]

En estos días ha salido a la venta el número correspondiente al mes de Octubre de 2008, que contiene este artículo mío.


¿SERÍA NECESARIO REVISAR EL MODELO ECONÓMICO?

Respetado lector, esta es una de las preguntas que estamos en derecho de hacernos tras la secuencia de acontecimientos que van marcando, un día sí y otro también, el camino de la crisis económica en la que estamos inmersos. La razón es simple ya que no es la primera vez que el modelo económico vigente genera una crisis, y llevábamos diez antes de ésta “última” desde la segunda guerra mundial. He puesto última entre comillas porque, al parecer, las crisis económicas forman parte integrante del modelo económico en el que vivimos, pero ¿es normal de que así sea? ¿Es obligatorio que nuestros descendientes tengan que soportar crisis económicas?, ¿No se puede hacer nada para evitarlas, o se puede hacer algo y para ello es difícil reconocer que hay que cambiar ciertas cosas en el modelo liberal-capitalista que impera en el mundo?

No voy a citar a todos los economistas que han defendido el modelo económico en el que vivimos, particularmente a los más ilustres que ya no están con nosotros, porque la lista sería larga, pero estoy seguro de que si pudiesen estar aquí, y viesen lo que está ocurriendo, volverían a morirse; esta vez del susto que les produciría la incongruencias que se están produciendo en el seno del modelo que ellos defendieron. Vayamos por partes. No se trata de enunciar todos los aspectos que caracterizan al modelo, pero si me parece adecuado señalar que lo básico es la libre circulación de capitales, dejar a la iniciativa privada que se organice como lo entienda, que se deje aplicar sin trabas las reglas comerciales que se basan en el binomio oferta-demanda, que el gobierno, que es el representante de los ciudadanos que le han elegido, no intervenga en la iniciativa privada, y que el mercado sea el único juez que regule los éxitos y los fracasos. Esto quiere decir, simplemente, que si una empresa privada se equivoca en su estrategia hay que dejar que el mercado determine si debe seguir existiendo o no. Lo que podemos constatar es que este modelo parece funcionar en los ciclos económicos de crecimiento, pero no funciona en los ciclos económicos de decrecimiento. Lo que también podemos constatar es que en los ciclos económicos de crecimiento los beneficios se los llevan unos pocos, y en los ciclos económicos de decrecimiento tenemos que pagar todos. Está claro que este modelo no está equilibrado.

Algunos ejemplos

Quizá algunos lectores estén sorprendidos por lo anteriormente expresado y por ello voy a intentar justificarlo. Asistimos hace años a la “salvación” del fondo de inversión LTCM, famoso entre otras cosas por la presencia entre sus expertos de dos premios nobeles de economía cuyos consejos de inversión hicieron ganar miles de millones a unos cuantos durante unos años, pero que al cometer un error de análisis de tendencia del mercado hundieron al fondo, por lo que el gobierno de Estados Unidos decidió asumir la deuda que representaba entonces 5.000 millones de dólares. Hace pocos meses el gobierno inglés decidió asumir la deuda del banco Northem Rock, que iba a anunciar su quiebra. Unos meses más tarde el gobierno de Estados Unidos decidió asumir la deuda del Banco Bearn Stern por las mismas razones que lo hizo el gobierno inglés, es decir a causa de las famosas hipotecas subprime. Lo también reseñable en el caso del banco Bearn Stern es que no solamente el gobierno de Estados Unidos ha asumido la deuda, sino que además ha entregado la gestión al banco privado JP Morgan. Por último, pero quizás solo por ahora, hemos asistido a la intervención más espectacular que jamás había realizado un gobierno en el sector financiero. En este caso el estruendo lo ha propiciado, una vez más, el gobierno estadounidense, al tomar la decisión de asumir la deuda de Fannie Mae y de Freddie Mac, dos empresas consideradas como las dos gigantes de la refinanciación de las hipotecas en Estados Unidos. Las cifras son impactantes puesto que estamos hablando, según las fuentes oficiales, de 28.000 millones de euros, pero parece ser que la realidad se acerca más a 139.000 millones de euros, y los más pesimistas sitúan el agujero en mucho más. Si lo traducimos a pesetas tantos ceros “no caben en mi cabeza”, como decía mi hijo Rafael cuando era pequeño. Hay muchos ciudadanos europeos, es decir no solo españoles, que piensan que se trata de una película de Hollywood, y otros que creen que estas empresas pertenecían a dos personas que, como ejemplo del sueño americano, habían construido desde la nada dos imperios financieros. La realidad es que estos nombres son siglas, que suenan bien, familiares, pero son siglas. Fannie Mae es el acrónimo de Federal National Mortgage Association, es decir asociación de préstamos hipotecarios nacionales y federales, y Freddie Mac es el acrónimo de Federal Home Loan Mortgage Corporation, es decir empresa de hipotecas a nivel federal. Si bien es cierto que estas empresas fueron creadas por iniciativa pública hace cuarenta años (Fannie) y treinta y ocho años (Freddie), en el momento de la intervención estas empresas tenían amplia mayoría empresarial privada, no es menos cierto que después de la intervención el gobierno de Estados Unidos se ha convertido en el accionista de referencia con un 79% y en el primer acreedor en caso de quiebra. No se quiere emplear el término “nacionalización” porque es evidente que este término es inadmisible en el modelo económico imperante, pero ¿Cómo deberíamos llamar entonces al hecho de que un gobierno intervenga en una empresa y se convierta en su principal accionista?. ¿A quién pertenece el dinero que se ha utilizado para realizar esta, y otras operaciones similares?. Algunos expertos afirman que el término “nacionalización” no se puede utilizar porque estas dos empresas siguen cotizando en Bolsa, lo que me parece un pobre argumento, simplemente porque una empresa, que cotice en Bolsa o no, es una empresa pública si su accionista mayoritario es el gobierno, y luego podemos utilizar el término que más nos guste…pero ¿Es coherente que en el contexto del modelo económico en el que vivimos un gobierno como el de Estados Unidos convierta una empresa privada en una empresa pública?. Yo creo que no. No estoy en contra, pero considero que este tipo de actitud debe dar lugar a una reflexión sobre el funcionamiento del modelo.

Una vez más la cultura financiera

No puedo terminar estos propósitos sin hacer referencia a la cultura financiera. En esta sección he escrito varios artículos sobre la necesidad que tenemos en España de difundir la cultura que parece tan difícil de adquirir, y la crisis económica está poniendo de manifiesto esta urgente necesidad. En muchos medios de comunicación, y particularmente en las tertulias televisivas o radiofónicas, están apareciendo “expertos económicos” que demuestran no tener ni repajolera idea de lo que están hablando. Esta mañana he escuchado en dos emisoras de radio, he visto en una cadena de televisión, y he leído en un periódico, que la compra de Merril Lynch por parte de Bank of America es lo mismo que si el Banco de España hubiese comprado el banco de Santander, es decir que esos “expertos” están convencidos de que el Bank of America es el equivalente del Banco de España. No sé qué cara pueden poner esos “expertos” cuando se enteren de que Bank of America es un banco privado, a pesar de su nombre, y que el equivalente del Banco de España es la Reserva Federal de Estados Unidos. Mientras tanto, a muchos de los ciudadanos que escuchan la radio, ven la televisión, y/o leen la prensa, se les ha informado incorrectamente. Como se les informa incorrectamente con respecto a la crisis económica. ¡Qué lástima!.

Francisco Álvarez Molina. Economía 3. Octubre 2008

5 comentarios:

Quique Mora dijo...

Que razon tienes, a muchos de mis conocidos los tienen mareaos.
Felicidades por tu forma de expresarte, te sigo en la bolsa y la vida desde hace tiempo, te he recomendado en mi blog recien iniciado aunque no esperes afluencia desde el, nunca habia escrito/publicado y no soy demasiado conocido.
Un abrazo.

FRANCISCO ALVAREZ MOLINA dijo...

Gracias Quique. No sé si tengo razón, en todo caso pienso lo que digo y digo lo que pienso.

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Paco Alvarez: gracias por TODO. Hay gente en Madrid que te debe una cañas y unas tapas y está esperando a que tengas un rato libre.

No se te olvide.

GRACIAS SIEMPRE!

Anónimo dijo...

Compartir tus conocimientos de forma tan cercana me merece admiración y gran respeto. Suena repetido, pero gracias. No he seguido como debiera los consejos, pero ver lo acertado de tu criterio me hace apreciarte más. Mucho entusiasmo y éxito en tu empeño divulgativo.